Presentando la nueva iniciativa del «Anuario Histórico Ibérico», me gustaría subrayar que esta revista pretende ser un intento de vencer una tendencia que ha durado desde generaciones de tratar la historia a través del prisma de los destinos de los estados y de los choques entre nacionalismos. Nos pareció acertado debatir en Varsovia sobre un entendimiento de historia distinto, más completo y humano, debatir precisamente basándonos en los ejemplos ibéricos. Esta convicción proviene de la experiencia que compartimos con un amplio círculo de colegas quienes decidieron apoyar nuestra iniciativa formando parte de nuestro Consejo Científico.

¿No es, sin embargo, editar en Varsovia un anuario dedicado a la historia del espacio ibérico una aberración? Un propósito algo parecido nos guio hace más de treinta años, cuando con Ryszard Stemplowski estuvimos preparando dos cuadernos de una revista intitulada «Itinerario». Esta iniciativa no se realizó por falta de fondos. A finales de los años ochenta una parte de los textos preparados para aquel proyecto apareció en otras publicaciones.

Recordando hoy este episodio tengo la sensación que entonces nos pesaba una especie de complejo que llamaría «el lelewelismo», del nombre de Joachim Lelewel, historiador del siglo XIX, autor de un paralelo histórico hispano-polaco en los siglos XVI, XVII y XVIII. Es decir, a pesar de la ambición por abarcar también la problemática de la ampliamente comprendida Latinoamérica, estábamos pegados al estereotipo de las analogías o paralelismos polaco-españoles. Fue la siguiente generación de historiadores la que resultó ser capaz de salir fuera de los esquemas polaco-españoles y de desprenderse de las fascinaciones polacas sobre lo ibérico. Es hoy cuando podemos hablar de un círculo polaco de investigadores de la historia de España y Portugal. Gracias a eso, al pensar en publicar el Anuario, nos contestamos a nosotros mismos, ¿por qué no?

Así plantearon el problema los inspiradores de todo este concepto, Cristina González Caizán y Jan Stanisław Ciechanowski. Llegar a esta idea les duró un poco, pero llegaron a tiempo, antes de que mi generación abandone la escena. Lo que diferencia la iniciativa actual de los antiguos conceptos es la integración de un círculo de científicos independientemente de su lugar de nacimiento o de residencia. ¿Es una cuestión de medios que permiten el libre intercambio del pensamiento? ¿O igual una consecuencia de cambios que tuvieron lugar desde cuando Polonia se incorporó a las Comunidades Europeas? En mi opinión, es algo más. Los contactos, la cooperación, las amistades nos unían con los colegas de España, y en mi caso también en pequeña medida de Portugal, a partir de mediados de los años setenta, pero se necesitó la cuarta parte del siglo para que abrazasen un espectro más amplio en estos tres países y sobre todo para que nos liberásemos de la asimetría paralizante. Esta consistía en que cuando en Polonia crecía y se fortalecía el círculo de los investigadores que se dedicaban a la historia de España y Portugal, por detrás de los Pirineos nada indicaba que la historia de Polonia pudiera interesar a alguien. El Anuario es el resultado de adoptar una perspectiva completamente nueva. La forma el establecimiento de un círculo de científicos de la historia ibérica que sobresale de las divisiones estatales. En este proceso, que se remonta a tiempos muy lejanos, la participación polaca no se limita a unirse a la corriente dominante. Las revistas dedicadas a la temática ibérica han aparecido desde hace mucho tiempo en Francia, Italia, Alemania o Inglaterra. El Anuario quiere establecer una nueva perspectiva. Se distingue por su alcance, carácter y forma europea.

La iniciativa nació a finales del año 2018 con la organización por la Facultad de «Artes Liberales» de la Universidad de Varsovia y la Embajada de España en Polonia del Primer Encuentro Hispano-Polaco en Varsovia. Desde el principio el objetivo era una calidad plenamente nueva, abandonar el parroquialismo y evitar el eclecticismo. El Anuario pretende ser el foro para todos aquellos comprometidos en la investigación sobre España y Portugal y sobre los mundos que estos dos estados crearon, proponiéndose de igual manera darle una forma que es resultado de las típicas experiencias polacas. Es la experiencia de pertenecer a los confines y al mismo tiempo a la tradición europea de la civilización. La unión de estas circunstancias me permite creer que nuestra propuesta va a resultar atractiva.

Jan Kieniewicz
Presidente del Consejo Científico
del «Anuario Histórico Ibérico.
Anuário Histórico Ibérico»